El académico sueco Hans Rosling se percató del auge de una tendencia preocupante: aunque el mundo se esté convirtiendo en un lugar mejor, las personas de países con economías sólidas piensan todo lo contrario. No es de extrañar, ya que las noticias hablan de catástrofes naturales, ataques terroristas, guerras y hambrunas más que de otros asuntos.
Las historias positivas de gente de países con economías deprimidas no generan interés ni audiencia.
Fuente
nuevatribuna.es
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