La sonoridad de los árboles no se limita al hermoso sonido cuando el viento pasa por sus hojas, ante una sequía los árboles piden agua con un sonido burbujeante.
Similar al sonido que emitimos cuando terminamos de beber algo con una pajilla, los árboles avisan cuando han absorbido toda el agua del suelo que los rodea.
Los resultados demuestran que basta con prestar un poco de atención para poder oír que el grito de la madre naturaleza.
Fuente
ecoesfera.com
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