Aprender a aceptar las bromas forma parte de la madurez emocional y aporta a los niños una fortaleza necesaria en los vaivenes de la vida escolar
Una de las claves capaces de resolver este déficit de autoconfianza reside en descubrir que todos nos equivocamos y que es posible aprender a reírnos de las faltas propias.
“Esto no significa que lo inmunice contra problemas de violencia interpersonal como es el bullying, que no es ninguna broma”
Fuente
El pais
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