Entre árboles las células se regeneran y el alma se nutre. La nueva terapia del "shinrin-yoku" invita a sumergirse en los bosques antiguos por su poder sanador.
En el principio reinaba un perfecto entendimiento entre la Tierra y el Cielo. El Cielo velaba sobre la Tierra. La vida era feliz y la muerte venía sin dolor. Todo pertenecía a todos y nadie tenía que gobernar o conquistar.
Las bienaventuranzas del árbol alcanzan todas las dimensiones del ser humano y su entorno y en los últimos tiempos ha hecho furor una práctica que comenzó en Japón y se está extendiendo por todo el mundo. Se llama shinrin-yoku, y podría traducirse como "baño de bosque".
Fuente
cuerpomente.com
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