Cuando los bomberos de la Estación 18 de Charlotte, EEUU, se toparon con una familia que humildemente intentaba llenar una piscina para niños a base de rellenar cacerolas con el agua del fregadero, no pudieron sino ayudar.
La historia compartida por los Bomberos de la Estación 18 de Charlotte es una de esas que invitan a la reflexión. Una historia con final feliz, y una que muestra precisamente que, a veces, con muy poquito podemos hacer mucho para que las personas a nuestro alrededor se sientan, al menos, un poco mejor; un poco más felices.
Fuente
Telecinco
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